Sistole y Diastole

Creo que el corazón núnca sabe lo que quiere.
Es impulsivo y arrogante. Debería de ser sólo un organo más que funcione sin que nos demos cuenta. Que esté ahí pero no sentirlo, que no nos duela. Su única función debería de ser la de bombear sangre sin pedir explicaciones.
Siempre que tenemos algo no sabemos lo que significa hasta que parece que nos pisan el pecho y no podemos respirar.
Es envidioso, es estupido, es extrañamente raro. Nos hace actuar de maneras en las que lo único que podemos hacer al día siguiente es preguntarnos: ¿que carajos acabo de hacer?
Algún día nos arrepentiremos. Y hoy es ese momento.

Dilema

Estoy acostumbrado a ti, a tu sonrisa, a escuchar tu respiración cuando sonries. A que dibujes un grito en mis manos, a despertar y tratar de recordar cada segundo del sueño; En las mañanas, a despertar de ese sueño y esperar a volver a vivirlo paso a paso hasta que aparezcas tú, de alguna manera espero que sigas ahi.

Pero ya no quiero, ya no quiero seguir en eso. Me niego a tener tu imágen impresa en mis parpados.

¿Qué puedo hacer cuando tu personalidad es tán adictiva que no me puedo separar de ti?

Quiero seguir teniendo tu presencia cerca, tus locuras, tus manias y tus obsesiones.

Quiero que me contagies de esas tonterias que tanto me hacen sonreir, de esas cosas que me vuelven loco pero no puedo dejar de amarlas. Que son tan horribles que hacen que me gusten.

Qué es lo que quiero?
Hasta hace un par de días sabia que era lo que quería: Te quiero besar, hablar contigo horas y escucharte, verte y perderme en ese lugar en el cual solemos perdernos cuando nos miramos, abrazarte, abrazarnos y que la gente piense que uno de los dos morirá y nos dejen vivir ese momento, sin interrupciones, núnca soltarte, núnca cansarnos. Que el tiempo se detenga y pasen horas y sentirlas como segundos.
Quiero vivirte.
Necesitaba decirte cuanto te extrañé, cuanto me hiciste falta, ahora no lo se. Estoy en un dilema.

¿¡Por qué no puedo hacer lo que necesito hacer!?